Zaragoza en la fotografía estereoscópica (1850 – 1970)

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El miércoles día 4 de octubre inauguramos la exposición Zaragoza estereoscópica. Fotografía profesional y comercial (1850-1970), en la que he venido trabajando desde hace algún tiempo y que he comisariado por encargo de la Vicerrectora de Actividades Culturales y Proyección Social de la Universidad de Zaragoza, Yolanda Polo.

Esta es la Nota de Prensa, confeccionada para la ocasión:

ZARAGOZA ESTEREOSCÓPICA
FOTOGRAFÍA PROFESIONAL Y COMERCIAL (1850-1970)

Cuando tras la Exposición Universal de Londres de 1851 un funcional y sencillo instrumento óptico, bautizado como estereoscopio Brewster, facilitó el hasta entonces complejo proceso de visualización de imágenes en tres dimensiones, los más inquietos y audaces de entre los profesionales de la fotografía, tanto en Europa, como en Norteamérica, comenzaron a experimentar, todavía con sus cámaras de un solo objetivo, en busca de esa ilusión de relieve que concedía a sus imágenes fotográficas la percepción binocular. Ese será el caso de algunos de nuestros pioneros locales de la fotografía como Mariano Júdez y Ortiz (1832-1874), y de otros que seguirán sus pasos, como Anselmo (1830-1896) e Ignacio Coyne (1872-1912), Venancio Villas Langa o Constantino J. Gracia, entre otros.

La heroica gesta de Los Sitios de Zaragoza (1808-1809), glosada por poetas de la talla de Lord Byron, provocó la admiración de toda Europa y despertó el interés de viajeros y fotógrafos por nuestra ciudad. Por ello, cuando los primeros fotógrafos franceses e ingleses se adentren en la península, generalmente camino de Andalucía, harán escala obligatoria en nuestra ciudad. Prestigiosos gabinetes galos como Ferrier et Soulier (1863-1864), Jean Laurent & Cía (1863 y 1877) y J. Lévy et. Cie. (1889), británicos como Frank M. Good (1868-1869), e incluso austrohúngaros como Alois Beer (1907-1910), dejarán un valioso testimonio gráfico de su presencia en las calles de nuestra ciudad a través de sus series de fotografías estereoscópicas.

El comienzo del siglo XX será testigo de la consolidación del monopolio de la estereoscopía comercial en manos de las grandes compañías norteamericanas, Underwood & Underwood y Keystone View Company, que impondrán sus tarjetas curvas o cóncavas a base de exitosos eslóganes publicitarios, innovadoras estrategias comerciales y sofisticados estuches en forma de libro -los populares boxed sets-. Sus desorbitantes cifras de producción y ventas, que alcanzaron en el caso de Underwood & Underwood hasta los diez millones de unidades al año, llegaron prácticamente a saturar el mercado internacional. En nuestro país solo la editorial barcelonesa de Alberto Martín se atrevió a desafiar su hegemonía, utilizando sus mismas armas para satisfacer la creciente demanda de iconografía patria, con su exitosa serie denominada «El Turismo Práctico», comercializada durante las décadas de 1910 y 1920.

A mediados de la década de 1930 la fotografía profesional estereoscópica comenzaba a perder vigencia, convirtiéndose apenas en algo residual o testimonial. Fue entonces cuando irrumpió en escena la editorial Rellev, que diseñó una nueva colección de «Vistas Estereoscópicas de España», más funcional y sobria, alejada de las retóricas finiseculares y pensada para tiempos modernos. La sorprendente calidad visual de sus tarjetas estereoscópicas y el diseño minimalista de sus visores estereoscópicos constituyeron toda una lección para los más escépticos. Gracias a ella, disponemos de un importante repertorio de imágenes de nuestra ciudad en los años inmediatos a la Guerra Civil.

Por último, el inesperado resurgir de la fotografía estereoscópica en la llamada «Era de los plásticos», vendrá de la mano, de nuevo, del gigante norteamericano y su popularísimo visor View-Master, al que los cordobeses de la empresa Arpa Color S.A. darán su réplica castiza a comienzos de la década de 1950. A Zaragoza dedicarían tres de sus discos con pares estereoscópicos de pequeño formato (16 mm).  El mercado europeo, en cambio, será cosa de las editoriales francesas, fundamentalmente Lestrade y Bruguière, quienes marcarán el paso durante la década de 1960, gracias a la gran calidad de la película Kodachrome. Será entonces, cuando el ilerdense Jaime Calafell decida ponerse el mundo por montera y comience a inundar la costa del Mediterráneo con sus grandes visores estereoscópicos, eléctricos y de pago, conocidos con el nombre de «Marte Visión». Calafell había contraído matrimonio con la zaragozana Carmen Pueyo Palacio y probablemente debido a esta feliz circunstancia nuestra ciudad fue la única fuera de Cataluña que pudo disfrutar de la instalación, desde el año 1962, de sus grandes visores metálicos de llamativo color azul cielo. Gracias a ellos, muchos de los niños zaragozanos que frecuentaron el Parque Grande durante las décadas de 1960, 1970 y 1980, pudieron disfrutar de su primera experiencia con la estereoscopía.

Exposición:
ZARAGOZA ESTEREOSCÓPICA. Fotografía profesional y comercial (1850-1970)

Lugar  y fechas:

Edificio Paraninfo, Plaza Basilio Paraíso s/n
Del 4 de octubre de 2016 al 14 de enero de 2017

Organiza:

Vicerrectorado de Cultura y Proyección Social
Universidad de Zaragoza

Comisario:

José Antonio Hernández Latas
Investigador Araid

Elementos materiales que integran la muestra:

Alrededor de 250 fotografías estereoscópicas de los siglos XIX y XX.

Una selección de cámaras, artefactos ópticos y visores estereoscópicos históricos, desde 1860 hasta 1980, en número de alrededor 60 piezas.

Veinte visores estereoscópicos dispuestos para la visualización de cada una de las series expuestas por parte de los visitantes a la muestra

Audiovisual con montaje de una selección de las estereoscopías en animación 3-D

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La presente muestra es el fruto del trabajo de investigación llevado a cabo a lo largo de varios años por su comisario, el investigador Araid, José Antonio Hernández Latas, quien con la colaboración y complicidad de más de una decena de coleccionistas privados de diferentes puntos de la geografía española y de varias instituciones públicas (locales, nacionales y europeas), ha conseguido reunir el más importante conjunto de materiales fotográficos estereoscópicos recopilado hasta la fecha en nuestra tierra, de carácter inédito en su mayor parte, con el objeto de reivindicar el importante papel que nuestra ciudad, Zaragoza, ha venido ocupando en la historia de la fotografía estereoscópica durante los siglos XIX y XX.

Acompañarán al visitante en su  recorrido visual a través de las imágenes estereoscópicas, una importante selección de modelos históricos de visores y cámaras estereoscópicas originales procedentes de la colección de Francisco Boisset y Stella Ibáñez, testimonio de la evolución técnica y material de la industria de la estereoscopía.

Pero, además, el visitante podrá disfrutar en primera persona de la experiencia de la percepción estereoscópica o en relieve de las imágenes históricas, gracias de la sucesión de una veintena de visores estereoscópicos dispuestos a lo largo de todo el recorrido y de un audiovisual con animaciones en 3-D, con el que lo culminará.